Después de unos meses sin noticias, dada la situación que ha generado el COVID-19, y el confinamiento forzoso que ha sufrido en el mundo entero, ó como dice mi amigo Pablo: » el confitamiento»; y con tiempo de sobra para repasar lo ocurrido; recordé que durante el encierro en la UTMO (Unidad de trasplante de médula ósea), una enfermera me habló de EL HILO ROJO, una tradición oriental, que une a una persona con otra………….. y esto me hizo recordar la unión que existe entre Pedro y la casa, a ellos les debe unir una «soga» roja, pues una vez más el tiempo sin noticias y a la espera de poder realizar pruebas médicas tras el trasplante y la casa en dique seco esperando que Patrimonio nos autorizara para poder continuar……….
Pero como todo lo bueno se hace esperar, por fin el día 3 de junio, recibimos noticias, Patrimonio nos autoriza, os preguntareís ¿a qué? Pues muy sencillo a demoler lo que os voy a mostrar.
Acceso a las bodegas Vista desde la primera planta Acceso a los jardines posteriores
Irónico verdad?, así es la burocracía, nos autorizan a demoler lo que el paso del tiempo ha demolido…..pero siendo positivos, por fin tenemos lo que necesitamos, el ansiado «papelito». Ahora la licencia del consistorio y nos ponemos a ello!!!!
Eso sí sin tocar la parte protegida; nada más lejos de nuestra intención, pues esta parte junto con las bodegas son el alma de la casa, las que se unen con el hilo rojo al capitán de este barco.
Continuamos la aventura………
Gracias Felix García Abad, por todos los tramites que has realizado.